a varias leguas
de las medievales
en el exilio del juglar
se sumerge en las aguas
el deseo a raudales
que va sin nada que intentar
dirección a tu olor
mojando entrañas y almas
en el canibalismo de un final de guerra.
Pidiéndosle pestado los agujeros
a los crustaceos que van a ti
siembre bajo tierra
y hacer pestañas de las manos que te arriben
cuando,
en tu puerto estoico
entre dos piernas
dibujes la noche
La noche de las leguas
de lenguas medidas con la mano que te saludarán
un alba cualquiera
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