martes, 2 de junio de 2009

Recuerdos de la Mancha. (Esa región tan plana y seca dondé viví....)

Recuerdo La Mancha,
como mis preocupaciones eran limitadas: la caldereta, la lumbre, el calor aplastante, que el frio nocturno no congelase mi nariz; partidos de fútbol pateando un brick de leche, pues lo redondo estaba prohibído.
Sólo lo recto, lo infinito en el paisaje. Dónde a la palabra se la homenajeaba gritando, pues el eco no existía y un saludo viajaba a través de la vastedad rozando kilómetros de tierra roja, viñedos retorcidos.
A veces se enganchaba en las aspas de algún molino
molinos que lanzan las palabras al cielo
molinos de viento, otro tipo de rectas
que depuran el habla popular
que vacían el ambiente cargado de esas frases vagabundas.
Recuerdo la Mancha en mi niñez,
el valor de mis primeras vocales en un idioma arcaico de labradores corpulentos.

Tomelloso y mis primeros versos:
uvas polvorientas reventando en mi boca bajo un sol sediento.
ofreciéndome espacio para plantar mis raíces en el paseo de las moreras, en el parque Ramón Ugena...
Pero quise escapar y ahora busco molinos de viento que me eleven,
que me alejen de la relativa condena del desarraigo.

Recuerdo La Mancha y sus extenso brazos abiertos.
Recuerdo como nunca le pertenecí
Recuerdo como, de ahí en adelante, nunca fuí del lugar en el que estuve.

Ahora me refugio en lo universal
cuando no recuerdo el sabor lapidado de las tardes en la calle,
los gitanillos cantando,
los chorizos de San Martín,
el abuelo centenario y sus migas,
Angelines y sus acelgas...
Cuando aún tenía la carta blanca de modularme, de ser lo que ahora soy.

Recuerdo la Mancha y extraño su acogida, agradezco sus palabras de manantial seco.

La Mancha, infinita sed.

El Comienzo

EL comienzo:
una incógnita perdida en un aullido de ilusiones
la luz al fondo
de un túnel sin salida
El comienzo: ese recuerdo que nos ampara hasta el fin,
que promete la reencarnación de mis versos.
Una pasarela cuyo inicio se pierde entre miopes
cuyo final huele a boca de lobo.

Y nosotros siempre en medio
siempre iluminados
siempre en un comienzo de mitades
en un inicio imaginado
que nos llena los bolsillos de experiencia.

La Serpiente y el Mono

Morena,
serpiente emplumada, desorientada
con tu apunto de todo
tu desgracia por naturaleza
los llantos y los porros
tu balanza y tu destreza.

Pechos bañados de brujería
que completan los huecos d emi hipócrita memoria,
me moría
inventando el final del cuento sobre la víbora y el mono
sobre mis lianas y las ganas de visitar tu trono.

Y aún con esto, con todo o sin nada,
hay deseo entre kilómetros
porque emanas poesía detallada
yo, tan sólo te escribo
porque eres virtuosa en el tam-tam de tus caderas
yo, tan sólo te musicalizo

Y aún sabiendo que cierras los ojos cuando me enrosco en tu boca
la serpiente devora besando
y su amor es inconsciente: asesina a sus presas con mucho cariño, ternura y paciencia.

¡debe ser bello!
pero prefiero tenerte en el horizonte,
serpiente emplumada,
esconderme entre las ramas y espiarte para cantarte luego entre gitanos,
masticando farolillos de colores:
plumas o destellos sobre mi noche oscura.
Llegaste tarde serpiente emplumada,
pues mi vopluntad ya es un carromato en las alturas,
sin la brujería y su muerte bella.
Ahora los monos danzan sobre cristales.
Las "eses" que cantas ya no duermen en la selva.

Trabajar jugando a trabajar

Hay que darle continuidad a los sueños
para proyectar la inercia de los latidos

Hay que saber dónde parar a conocer
para no incarse en el frío del escéptico

Hay que convertir la moneda de oro
en improbables ilusiones que cazar

Hay que aprender a recuperar aquello que perdimos creciendo y que tan felices nos hacía:
mancharse con la psicodelia del azar,
chillarle a quien no escucha,
bostezarle a la corbata,
babear nuestros amores,
trabajar jugando a trabajar,

Hay que darle continuidad a los sueños
para decirlo todo por los ojos.

El Viaje

El viaje.
líneas discontínuas cortando la carretera
un potingue de asfalto ardiente
negras serpientes con kilómetros de viento en nuestras caras
picados y pendientes son hormigas sobre un atlas
si tu pasajero:
el placer de viajar con la mirada
si tu conductor:
volar en el mapa d etu vida.

De un punto a otro sólo hay habilidad
y una luna frontal

Monos- Gitanos

Venidos de la ausencia de un ayer, los monos gitanos carecen de precedentes.
Son el producto de una mutación moderna.
Un gitano demasiado mono
o un mono muy aflamencado.
Nadie sabe...nadie pregunta.
Pero hoy nos deslizaremos en las venas abiertas de uno de ellos: el que llevamos dentro.

En el Mono-gitano los párpados dan palmas, los labios hierven al cantar, las rodillas retumban contra el pecho y el suelo sobre su cabeza.

Se atraganta de carreteras
¡Chilla mil locuras!
¡Todo un circo en su cerebro!
!Laboratorios en sus dedos!
Pero, si algo tiene un Mono-Gitano es cadencia en el andar:
Salta, gira, cuelga y ríe un ritmo en su camino de historia musical.
La banda sonora de un zíngaro tropical con anzuelos de corcheas anclados en las entrañas.

Esta noche la luna se vestira de gitana con falda de lunares para exprimir la semilla
del nómada,
del primitivo.

Es la era de lo mutante
¡Y todo está permitido!