lunes, 27 de julio de 2009

Montañita en la Humedad.

El aire espeso se amontona en mi nariz y entra a trompicones, de briuces.
Un invierno repentino se acuesta en la bahía,
el recuerdo imprevisible de un jersey grueso.
Una pasta etérea de sal pegada en mi cuerpo.

Veo las partículas que caen desde el cielo, como si el océano, enganándonos invadiese todo el espacio.
Nos sentimos sumergidos en el beso húmedo de la lluvia
los perros ladran agua
y los turistas son marea
a veces van
a veces vienen
trayendo colores apagados
Los cigarrillos reblandecidos y el humo asciende con dificultad.
Hoy el océano, engañándonos, invade todo
y por la noche seremos peces.

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